Durante los últimos 100 años la psicología se ha dedicado casi a un único tema, la el estudio y tratamiento de los síntomas de la enfermedad mental y los resultados han sido bastante buenos. Hoy en día se diagnostican con mucha precisión la mayoría de los trastornos, y hay medicinas para tratar casi cualquier cosa, con la promesa de bienestar.
Sin embargo estos avances han dejado de lado el estudio de
otros factores, como aquellos que hacen que merezca la pena vivir, aquellas
cosas que nos producen satisfacción y gratificación y que contribuyen a que
tengamos una vida más plena.
Si bien es cierto que el alivio de los síntomas y malestares
que nos aquejan es importante, no lo es menos el hecho de que muchas veces en
iguales situaciones hay personas que no padecen síntomas, ni se enfrentan a la
vida con desesperanza, incluso ante situaciones traumáticas, han conseguido
afrontarlas y seguir desenvolviéndose incluso mejor; como si el suceso hubiera
despertado o desarrollado en ellas recursos antes desconocidos, a este fenómeno se conoce con el término de Resiliencia y constituye uno de los pilares de estudio de
la Psicología Positiva, que busca comprender los procesos y mecanismos que
subyacen a las fortalezas y virtudes del ser humano.
No se trata entonces de ignorar los hechos que nos suceden,
como si no “pasara nada”, sino por el contrario afrontarlos con una óptica y
actitud diferente, que nos permita encontrar dentro de nosotros mismos nuevas
maneras de afrontar la adversidad. Este es el campo de trabajo de la psicología
positiva.
Mcs. Ma. Helena Villalobos L.
Psicoterapeuta.
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